Justo en la última parada del torneo, San Lorenzo dejó vacía la racha sin recibir goles de local. Y fue Argentinos, ese destacado equipo de Gabriel Milito, el que le sacó la marca: se impuso 2-0.

Aconteció un choque de estilos en el Gasómetro. De un lado, el local, el equipo mejor trabajado defensivamente; del otro, el visitante, el más preparado ofensivamente. Conviene hacer una necesaria aclaración: es River y no Argentinos el que mejor ataca en Argentina. El elenco de Núñez hace la diferencia con la jerarquía individual, con el ingenio de los intérpretes. Pero los comandados por Gabriel Milito son los que evidencian mejores y mayores mecanismos en ofensiva; son el conjunto al que más se le percibe lo ensayado durante las semanas. Por eso en la previa se vislumbraba un partido interesante desde el análisis.

Y fue un gran juego, emotivo, con muchas llegadas a los arcos. Argentinos, junto a River, eran los grandes candidatos para romper la racha de valla invicta del Ciclón jugando como local por el torneo doméstico. Ya habían pasado los dirigidos por Martín Demichelis sin éxito por el Bajo Flores, pero los de La Paternal no desaprovecharon la chance. Corrían 13 minutos de la primera parte cuando Francisco González Metilli definió adentro del área chica tras un gran desborde de Santiago Montiel. Así, el Cuervo no pudo culminar el campeonato sin goles en contra de local -el último que lo había conseguido fue Gimnasia La Plata en 1924-. El número final, que igualmente es récord, quedó en 1.503 minutos.

Los estilos distintos quedaron marcados desde el inicio. Se puede poner el foco en los volantes centrales, Gastón Campi y Federico Redondo, para explicar a uno y al otro. Sorprendió Insua al colocar a Campi como mediocampista a un costado de Jalil Elías. El ex Racing no participó nunca de la gestación de juego porque jamás encontró su lugar para asociar con sus compañeros. Más: su misión fue plegarse a Adam Bareiro cada vez que Augusto Batalla mandó un pelotazo largo. Y lo hizo en no menos de 8 oportunidades.

Distinto fue lo de lo del hijo de Fernando: comenzó como mediocentro, pero tuvo varias funciones. Redondo fue zaguero izquierdo cada vez que atacó San Lorenzo y se liberó para ser el mediocentro en la fase ofensiva. Así, se hizo dueño del equipo y todas las pelotas pasaron por él.

Otras imágenes significativas: mientras Insua pidió una y otra vez por las pelotas largas a Bareiro, Milito se volvió loco cuando el defensor Luciano Sánchez la mandó fuerte para Ávalos en vez de tocar en corto con un volante.

Más allá de las intenciones de uno y otro, ambos generaron situaciones de peligro. Argentinos fue mejor hasta los 35 minutos; en los últimos 10, San Lorenzo fue un aluvión. Se soltó la gente y se desató el equipo. Empujó y creció desde la movilidad de Gonzalo Maroni, que dejó la banda izquierda para liberarse. No ligó el Ciclón porque las oportunidades fueron clarísimas. Primero, Hernández cabeceó por arriba; segundo, Alexis Martin Arias le contuvo un disparo potente a Leguizamón; tercero, a Bareiro el palo le negó el grito y tampoco pudo Giay en el rebote; cuarto, Leguizamón cabeceó mal al arco vacío tras un jugadón de Maroni.

En el complemento, Insua mandó a la cancha a Nahuel Barrios por Campi y modificó la postura del equipo. Con ese movimiento logró confundir al Bicho, que lució perdido en esos instantes. Pero González Metilli estaba en su tarde y, después de varios rebotes, le rompió el arco a Batalla para el 2-0.

Fue un golpe de nocaut para el local. Le quedó demasiado lejos el marcador al Ciclón e inconscientemente empezó a pensar en el duelo de Copa Sudamericana. Entonces se volvió a ser dueño de las acciones en el elenco de Milito y redondeó una gran actuación.

Un párrafo especial merece Santiago Montiel, el primo de Gonzalo que le ha dado algunos disgustos a Milito. Pero lo ha potenciado el entrenador y se nota que lo aprecia. Este sábado jugó como interior izquierdo, ya no por la banda, y la rompió. Es verdad que tiene cosas por mejorar: protesta demasiado y por momentos sobra a los rivales. Pero es un gran proyecto.

Ganó Argentinos, el equipo que le podía romper el récord a San Lorenzo. Lo hizo con autoridad y demostrando porqué es uno de los mejores equipos del país, más allá de que la tabla de posiciones no lo grafique.